URETERORRENOSCOPIA RETRÓGRADA EN INJERTO RENAL COMO TRATAMIENTO DE CALLE LITIÁSICA POST-LEOC
Institución:Hospital General Universitario Dr. Balmis (Alicante). ISABIAL.
Tipo de presentación:Vídeo
Canós Nebot, À
Mendiola López, A
Aranda Rodríguez, M
González Lara, DM
Vela Martínez, J
Caballero Romeu, JP
Galiano Baena, JF
Galán Llopis, JA
Herrero Polo, E
INTRODUCCIÓN: La presencia de litiasis en injertos renales se estima en un 0,64%. Aunque el cribado con pruebas radiológicas en pacientes candidatos a donación ha permitido la detección precoz de litiasis renales y posible tratamiento pretrasplante, algunos receptores seguirán presentando litiasis renales transferidas.
OBJETIVOS: Mostrar a partir de un caso que, para el tratamiento de litiasis en injertos renales disponemos de las mismas opciones que para el tratamiento de litiasis en riñones nativos.
MATERIAL Y MÉTODOS: El caso clínico corresponde a una mujer de 70 años receptora de un injerto renal con una litiasis piélica de 12 mm y 1000 UH. En el postrasplante inmediato se alcanza una tasa de filtrado glomerular de 12,3 ml/min y una creatinina sérica de 3,5 mg/dl. Inicialmente se opta por la LEOC como tratamiento de la litiasis, realizándose un total de 3 sesiones. Se consigue fragmentar parcialmente la litiasis con fragmentos residuales en el cáliz inferior y en el trayecto ureteral proximal con formación de una calle litiásica. Con estos resultados se opta por realizar una URS retrógrada.
RESULTADOS: Se utiliza un ureterorrenoscopio semirrígido de calibre 6/7,5Ch y doble guía ureteral hidrofílica para conseguir mayor enderezamiento del trayecto ureteral. Se realiza litofragmentación de las litiasis de mayor tamaño con láser de Tulio y fibra de 270 µm, dejando un nuevo catéter ureteral doble J tras finalizar el procedimiento. En TAC de control no se aprecian fragmentos residuales significativos, por lo que se retira al catéter ureteral. A los 6 meses de la cirugía no se aprecian litiasis residuales ni dilatación de la vía excretora, y la paciente presenta una tasa de filtrado glomerular de 49 ml/min y una creatinina sérica de 1,12 mg/dl.
CONCLUSIONES: Las litiasis en injertos renales pueden tratarse con las mismas opciones de manejo las que disponemos para la población general. Para abordajes endourológicos, la miniaturización de los instrumentos, así como el uso de más de una guía ureteral, pueden ser opciones de interés para adaptarnos a la variabilidad del tamaño y de la localización del neomeato ureteral, así como a la falta de arquitectura tisular perirrenal de los riñones trasplantados.